Visión / es |
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La visión es considerada desde la Biblia como un encuentro con Dios, aunque evidentemente Dios es invisible. En la tradición cristiana los encuentros personales con Dios de determinadas almas selectas se han considerado frecuentes y naturales, pero con la singularidad y excepcionalidad de los dones místicos, que escapan toda explicación científica y empírica. Nada obsta a que Dios quiera comunicarse con algunas almas en forma de visión ni nada induce a pensar que los testimonios de determinadas personas de sus contactos con Dios puedan ponerse en duda. A los fieles corresponde creerlo o no o explicarlo de una o de otra manera, ya que las posibilidades de poner en juego las facultades o las capacidades perceptivas son múltiples y ninguna de ellas es preferente. La visión física por estimulación de los ojos es posible si Dios quiere que se realice. La estimulación de la imaginación con las composiciones múltiples que la fantasía puede formar, en estado de vigilia o ensueño, lo es también Y hasta la visión intelectual, por vía de intuición o de abstracción, se puede dar en todo ser humano. Puede acontecer en niños como Jacinta y Francisco, los pastorcitos de Fátima, en gente humilde como Juan Diego, vidente de Guadalupe, en intelectuales como Federico Ozanam o García Morente, en religiosas místicas como Sta. Teresa de Jesús o Sta. Gertrudis.
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